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La agricultura actual y del futuro: convencional, sostenible, ecológica e integrada

Para establecer el marco en el que se sitúa la agricultura sostenible hacia la que nos dirigimos, lo más práctico es irnos a lo que define la Unión Europea, que la caracteriza por sus objetivos clave:

  1. Producir comida sana y segura
  2. Conservar los recursos naturales
  3. Asegurar la viabilidad económica de las explotaciones agrícolas
  4. Proteger el suelo y la biodiversidad
  5. Mejorar la calidad de vida en las áreas rurales

De estos objetivos podemos desarrollar las definiciones y métodos que expliquen la adaptación de la agricultura tradicional hacia una agricultura sostenible, ecológica e integrada.

Estamos ante un sistema alternativo en el que se intenta producir factores productivos en la propia explotación que sustituyan a los externos, es decir, no se trata de obtener una rentabilidad en los productos agrarios sin más, sino unos productos saludables para las generaciones presentes y futuras, a unos precios que satisfagan tanto a los consumidores como para los que dependen de una renta agraria.

Pero, ¿es lo mismo agricultura orgánica que biológica o ecológica?. Esencialmente son dos conceptos que coinciden, pero aquel contempla además un componente social (es algo generalmente aceptado) y además perdurable en el tiempo, que además, y en eso se diferencia de la agricultura orgánica, permite la utilización de productos químicos, aunque también hay una variante de los sistemas de agricultura sostenible que trata de minimizar los aportes de elementos externos.

¿Cuales son las causa de la aparición de los sistemas agrícolas alternativos?

La agricultura convencional o tradicional ha llegado a la situación actual como consecuencia de una serie de problemas que han ido mermando su capacidad para seguir produciendo según los estándares en los que se ha desarrollado desde mediados del siglo pasado.

Esta agricultura ha derivado hacia unos sistemas productivos basados en la utilización de inputs que no en todos casos han contribuido a la supervivencia del sector, sino más bien todo lo contrario, ya que han sido muchas las trabas a la producción y a la utilización de determinados inputs.

Todo esto ha derivado en una serie de problemas de los sistemas tradicionales que se pueden resumir en:

  • La agricultura convencional ha sufrido un constante incremento de los costes de producción, debido al empleo de gran cantidad de inputs de los que las explotaciones tienen un alto grado de dependencia (fertilizantes, productos fitosanitarios, combustibles, piensos y semillas), con precios cada vez más elevados, mientras que los precios de los productos agrícolas no han tenido esa misma evolución.

A esto se une la problemática del abastecimiento de alguno de ellos, concretamente los combustibles fósiles y algunos productos químicos fertilizantes y fitosanitarios.

En referencia a los productos fitosanitarios y a su utilización, los efectos han sido bastante nocivos, por un lado porque su efectividad es cada vez menor, debido a problemas de resistencias a las malas hierbas, insectos y otros organismos dañinos.

  • La contaminación generada en las aguas superficiales y subterráneas por la gran cantidad de productos químicos utilizados ha creado problemas medioambientales que ha habido que atajar y que ha incidido en una disminución de la calidad de los alimentos (por los residuos de estos productos) y aumento de los riesgos para la salud de los aplicadores (muchos de estos productos son de toxicidad elevada para el hombre y otros mamíferos).
  • La vida silvestre también se ve amenazada por el empleo de productos químicos y de muchas de las técnicas productivas actuales.

La supervivencia de las pequeñas y medianas explotaciones es cada vez más preocupante, y ya que difícilmente pueden soportar la competencias de las más grandes, lo que origina graves problemas sociales y económicos.

El descenso de la productividad de los suelos debido a los problemas de erosión, pérdidas de materia orgánica y de elementos nutritivos ha sido un proceso progresivo, que ha alcanzado niveles preocupantes en precisamente las zonas históricamente más productivas.

Todos estos problemas han derivado en la aparición de varias alternativas a la agricultura tradicional, entre ellos, la Agricultura Sostenible y la Agricultura Orgánica.

Ambos están basados en métodos productivos que utilizan:

  • Fertilización orgánica y manejo de la fertilidad del suelo.
  • El uso de organismos beneficiosos, medios mecánicos y el empleo de técnicas de rotación de cultivos permite la defensa de cultivos contra malas hierbas, plagas y enfermedades,.

La Agricultura Sostenible incorpora además:

  • Empleo de productos químicos (tanto fertilizantes como fitosanitarios) de forma racionalizada.
  • Manejo integrado de plagas.

Pero aunque la adaptación de la agricultura tradicional en una agricultura sostenible pueda parecer un proceso natural al que se llega por inercia asumiendo poco a poco los métodos que se vayan poniendo a disposición del productor, no es realmente así, sino que requiere la adopción de una serie de técnicas específicas muy bien planificadas.

En primer lugar, es preciso el estudio de la situación de partida, identificando entre aquellos que hemos enumerado, los fallos del sistema tradicional que más afectan a nuestra explotación.

En segundo lugar, es necesario evaluar otras posibilidades de funcionamiento, asumiendo como necesarios ciertos costes de adaptación, y considerando las limitaciones técnicas y económicas, teniendo claro que no estamos ante unos meros cambios en nuestro modelo, sino en el diseño de un nuevo modelo productivo.

Como todo plan de adaptación, se ha de pasar un periodo de pruebas y ajustes en la explotación previo a la puesta en práctica, que será la siguiente fase, y por último el seguimiento evaluación de los resultados y la realización de la modificaciones necesarias.

La flexibilidad a la hora de implantar nuevos modelos es fundamental para asegurar la adaptación a las condiciones ambientales de todos orden.

El nuevo modelo ha de ser ante todo, sostenible. Para ello hay que considerar todos los factores que pueden influir antes y después de la adopción de las técnicas a aplicar y sus implicaciones, para lo que han de ser suficientemente estudiadas, así como sus repercusiones.

Pero la conversión de las explotaciones agrícolas tradicionales en sostenibles se obtendrá si además se adoptan determinadas decisiones:

  • La adopción de nuevos modelos productivos lleva aparejada una serie de implicaciones de todo tipo, desde técnicas, a económicas pasando por sociales y ecológicas, y esto ha de contar con agricultores formados e informados para que puedan tomar las decisiones con conocimiento de causa.
  • El proceso ha de contar la participación fundamental de técnicos y asesores formados y conocedores de la problemática planteada.
  • Hay que asegurar la transferencia tecnológica para lo que es preciso la puesta a punto de sistemas de información rápidos, fiables y precisos.
  • Promoción de los cambios por parte de la Administración, suministrando el apoyo técnico y, en muchos casos, económico necesario a los agricultores que se decidan por la adopción de los nuevos sistemas.

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